MUJER DE LUNAS por Karina Isabel Roldán ©

"La soledad de la noche acompaña. Suenan guitarras flamencas. Una estufa encendida, privilegio de algunos, me hace sentir el calor de un hogar mientras las paredes narran aquellos secretos de una alcoba sin cuerpos. En cada recodo vive un puñado de memorias. En cada una de ellas anidan sollozos y se escriben metáforas sobre la luna. El invierno escarcha las facciones del alma y todo se transforma. Busco la voz del vientre que marca el ritmo de la danza. Quiero oírla, beber su savia. Escuchar una por una sus percepciones. Darme cuenta que a veces somos presa fácil y nuestro instinto de defensa puede ser alterado.

En esta noche de refugio necesario siento la división, una dualidad que conoce las claves de otras dualidades. Enciendo la perilla del velador. Un resplandor sutil enfoca mis pupilas y busco el reflejo en el aire, pues ya no quedan espejos ni imágenes que puedan confundirme. Sobre la cama no hay flores, tal vez se encuentren en otras sábanas, repartidas en otras ciudades de otros mundos...

Sobre mi espalda subsisten los lunares, escondrijos de mi esencia. Sola. Con la compañía de la noche, un par de guitarras flamencas y la belleza de estar viva"©Karina Isabel Roldán 

"En mi alma de luna habita un secreto antiguo. Las guitarras siempre ejecutan sus cuerdas y aparecen violines, un piano que rememora el paso de mi cuerpo por aquella inmensa casa de la calle Catamarca. La soledad ya era una amiga que asomaba su rostro al caer el sol. No le temía. Intima y confidente de la nostalgia que solamente mi ser cobijaba en los vestidos de las muñecas. Ahora, en el otoño del tiempo y con las corazas derruidas, me dejo habitar por la fuerza de una nueva luna. Cada uno de sus filos salpica mi espalda con nuevos lunares. En esos lunares destaco pulsos. En esos pulsos escribo los enigmas que pueda dejar aquí o allá. O en cada lugar donde sea quien soy y me descubra mirándome en los espejos de otros que traen palabras dichas en el ciclo preciso. En el ciclo donde sigo siendo niña de nostalgia, niña de sueños, niña adorando el inmenso marfil de cada noche, niña de juegos, niña de poesías, romántica. Con mi alma y tantas vidas" Karina Isabel Roldán

"DESPOJOS" por Karina Isabel Roldán

"Aquellos fantasmas de la tierra

danzaban frente al crepúsculo

mientras la piel se deshacía del pasado.

Agitaron sus brazos

y se fueron de la vida

con el coraje de no entregar un tesoro

la esencia de ser:

únicas.

Sabiduría de la luna...

Los ancestros dibujaron el círculo de fuego

y una mujer renacía,

al lado de otras y otras y otras

que abandonaron su cuerpo

para proteger la noche espiritual"©Karina Isabel Roldán

ALMA NIÑA © Karina Isabel Roldán

"Mi cuerpo, tu distancia y una tierra que de pronto soltó amarras. Partiste ausentando huellas, dejando mi piel marcada en un trazo. Frente a la luna sostuve mi esencia cautiva, tal vez penitente, pues ante la vista de otros yo era tan sólo una mujer pariendo el deseo real de ser amada. Aquella única vez que pasaste por mis caderas, sedientas de cobijo, pude sentir el roce de una manos que cincelaban el secreto antiguo de saberme encendida. Quise hallarte de nuevo. Quise descubrirte entre cada rostro que cruzaba por mi senda, pero la nada sonó su conocida melodía y nunca más sonrieron tus labios ni vi tu mirada apresando el origen de la mía.

Transeúnte de los olvidos.

No pude contarte que, en aquél anochecer, dejé de ser niña de fuego para transformarme en Mujer, ahora parida por el dolor de la vida"©Karina Isabel Roldán

DESPEDIDA ©Karina Isabel Roldán ©

Las palabras llovían en su mente acariciando recuerdos y una sucesión de imágenes iba posándose en el entrecejo. De aquél hombre nunca supo nada más. Su voz se perdió por las alcantarillas del tiempo y solamente quedó una huella de metáforas tatuadas en el cuerpo. Se habían reencontrado luego de peregrinar siglos de distancias y se amaron bajo la luna, en cada ciclo y sus estaciones. Primavera de brotes, verano de anhelos, otoño de cambios, invierno los dos junta al fuego. En el aire persisten los aromas de la piel cuando encendida desplegaba colores ante la vehemencia de cada cita y sus bocas no cesaban de contar secretos. La tierra puso en marcha la fusión en la brevedad de un suspiro y las aguas anegaron todo, dejando memoria, pasión y olvidos.

Encuentro de dos universos, una línea de tiempo que no existe pues nos movemos en ciclos y son infinitos como las estaciones, como nosotros, polvo de estrellas, campos sutiles emanando luces y respirando amor. Amor que nace de una esencia para transformar el mundo y SER EN AMOR. Vamos y venimos, nos cruzamos y desencontramos, nos vemos, no nos vemos, apegados, distanciados, amados tal vez no. Durante el viaje el dolor nos enseña, guiándonos por el camino individual hacia la evolución. Nada se quiebra cuando todo es flexible. Nada se acaba cuando todo recomienza en el corazón. La mente pone fechas de vencimiento, pierde la paciencia, apura los relojes, pero la hora real es cuando sentimos un soplo de renovación, cuando estamos dispuestos a volver a empezar abriendo las ventanas a la vida que no espera. Nuestro corazón sabrá guiarnos, escuchando el rumor de su voz silente para que el eco retumbe en el cuerpo aislando la razón. VIVAMOS EN EL MISTERIO.©Karina Isabel Roldán

AGUAS EN SOLEDAD © Karina Isabel Roldán ©

"Creí verte entre los cerros y la bruma. La noche pronto caería frente a mis ojos y la distancia del encuentro se hacía eco en medio de los árboles. De nuevo el bosque acompañando un sueño que confundía la realidad. Todo en mí vibraba como si tu presencia hubiese exaltado las pasiones escondidas en la madrugada bajo las sábanas. ¿Nada era cierto? Los ojos cerrados pudieron distinguir figuras dibujadas en el verdor y la tierra. Aquellos cuerpos que solían cobijarse ante la luna y su voz sensible al tiempo eterno. Éramos dos ofreciendo el alma. Éramos dos en una sola boca. Fuego y viento conjugando los fluidos que exaltaban el erotismo mientras el atardecer devoraba los minutos. Desperté sola. La bruma se había llevado el último resto de imágenes y junto a mí la vida real. Entre ausencias y algo que persiste más allá de la conciencia. Bello enigma de la Vida"©Karina Isabel Roldán

MIRANDO LA DISTANCIA ©Karina Isabel Roldán

Al caer la tarde una mujer recorre el sendero bajo la frecuente soledad, guiada por el viento y escuchando los sonidos permanentes de tanto silencio. Llueve en su corazón una cortina de imágenes, el recuerdo de aquel viajero sin tiempo que estacionó su cuerpo durante años ausente de besos. La mirada perdida encuadra las nubes. Ella evoca de memoria las veces que el amor rodaba por la orilla de sus cabellos negros, cuando la espalda cobijaba lunares y unos dedos erizando la cumbre de sus senos. El declive donde todavía no produce simientes y la piel acunando la huella del viajero. Tal vez su paso haya sido un cuento, una historia narrada por el rumor de la brisa o el prólogo de un libro que jamás se editó.
Al caer la tarde, en su frecuente soledad, una mujer recorre el sendero guiada por el viento. Escucha los sonidos dejados por tantos silencios. Mueren los hijos que no tuvo, se extinguen deseos, movimientos. Ella renace amante y libre, sola, frente a la única compañía del mar.©Karina Isabel Roldán